miércoles, 26 de diciembre de 2012

El Camino

Siempre me ha gustado correr, con la mente y con el cuerpo. Correr me da la sensación de vuelo, y volar se explica solo.

He decidido muchas veces por lo complejo, por eso que me asusta. Me han preguntado “¿pero qué necesidad tienes?”, y es quizás la necesidad personal de seguir corriendo, porque al correr, vuelo y volar me da la sensación de autocontrol, y el autocontrol lo explica todo.

Este 2012 también corrí y lo disfrute de otra manera, porque sentí y viví como nunca el camino. Sentí la emoción de descubrir cosas nuevas y de encontrarme con mis propios pasos. Por momentos me dominó la euforia, noté atenta mi respiración y mis latidos, sentí frío y casi me tumba el viento, sentí lo tupido y cuestarriba, me entumí, me dolió, me dominó la ira, me desentumí. Sentí mi cansancio como nunca antes y escuché mi propia voz renegando; no contra el camino, sino contra haberlo desconocido al grado de haber esperado que correr fuera siempre volar y autocontrol.

Hoy creo que el camino es el destino y no el correr sin sentirlo. Voy con calma y sin preguntarme la hora.

lunes, 15 de octubre de 2012

Amable

¿Políticamente correcto o digno de ser amado?.  Dos homónimos, dos significados.

Amabilidad de la primera se da fácil, es cuestión de práctica y unos segundos de la existencia de uno. La segunda se gana porque cuesta y es consistente: está cuando debe estar, con el cuerpo, con la mente, con el alma y con lo que haga falta y se va cuando no puede o intuye que no debe estar. La segunda vive cada instante plenamente, para sí y para los que están ahí en esa fracción de existencia.

Creo en la segunda porque mira a los ojos y le da importancia al otro, desde adentro y a veces en silencio, sin necesidad de parlotear sinsentidos “correctos”. 
Creo en la segunda, porque es ahí donde hombres y mujeres… y todos somos iguales, y las decisiones valen por sus consecuencias y no por la condición de quien las toma, y es ahí también donde se cree en la palabra, por ser palabra de honor. Creo en la segunda que lleva implícito el no juzgar, el pensar por uno mismo y nada más, porque el pienso que piensas es invasivo a la mente como el cáncer al cuerpo.

Creo también que me falta práctica en la segunda y no creo en la primera, pues todo en lo que he dicho que creo se llama de otra manera.

martes, 2 de octubre de 2012

Morir hastiado

Uno debiera morir harto de todo,
habiendo vivido lo que se puede contar, y lo que no
cansado de ayudar, dar, amar.

Exhausto de haber caminado lo mismo que haberle dado la vuelta al mundo,
y de haber hecho el amor las mismas veces que estrellas visibles.
Harto de las siete notas musicales y posibilidades,
de haber probado sabores hasta decir ya basta.
Morir con un pasaporte que no tenga espacio para nada:
tan harto de las ciudades, y su gente.

Uno debiera morir harto de sí mismo,
de la luna que sólo sabe dibujar conejo,
de los días de veinticuatro... predecibles,
Morir sin sed y sin sueños: de puritito hastío
de haber hecho suya la vida, una y todas las veces que le caben a alguien.

Uno debiera tener al morir,
el único pendiente de dejar de existir para siempre.


miércoles, 29 de agosto de 2012

Hijo y Madre

Cada día me sorprendes gratamente, me vas dejando atónita, pareciera por momentos que comprendes más que yo misma. Ayer conversamos sobre tu día: te pregunto y me cuentas, parece una charla entre adultos, de esas simples que se tienen aveces en el ascensor, pero no lo es, es una conversación completa y profunda que aflora tus logros, tus gustos y tus miedos. Casi dos años y ya me hablas de todo.

Me observas e imitas y yo te observo y me extasío, porque existes y porque veo la complejidad de ser hijo y de ser madre. Te como a besos, te saco el arie en abrazos; tu me jalas, quieres jugar ataque sobre mi cabeza, nos amamos, nos hartamos.

Aprendemos día a día los dos, a nuestro ritmo, danzamos en armonía y aveces nos caemos juntos: perdidos, exhaustos, pero completos porque nos tenemos el uno al otro, y entendemos desde nuestro mundo, la propia individualidad de ser hijo y de ser madre.

jueves, 16 de agosto de 2012

Cotidiano

Todo es cotidiano, quizás porque estamos hechos del mismo barro.

Corremos todos los días en el mismo sentido, llegando a los mismos lugares… comunes.

La vida es más simple de vivirse que de pensarse, sucede a cada instante, con cada buenos días, con cada enojo, con cada risa. Despertamos miles de veces con las mismas personas, platicamos de las mismas cosas; porque sí, porque nos gusta. Resoñamos ideales, creamos con lo creado: revivimos lo vivido a cada instante.

El heroísmo y la travesura nos sacan de la cotidianidad, ellos son la excepción a la regla, por un instante, hasta que se repiten. La excepción se vuelve cotidiana, y cobra el mejor de los sentidos cuando se es capaz de reír cada día, desde adentro y de verdad, una y otra vez por las mismas cosas.
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martes, 10 de julio de 2012

Un mundo mejor...

Un mundo en el que existan más razones que temores, donde lo diverso y la tolerancia sean el pan de cada día.
Un mundo con esas mentes, que en lugar de violentarse se enriquecen al ser tocadas con el debate de ideas locas, polémicas y de todas.
Un mundo simple, donde no quepa el no se puede y no exista más frontera que el tiempo en que se nace y se muere.
Un mundo sin hambre en el estómago, pero tampoco en el pecho.
Un mundo con menos amuletos y con más noches de estrellas y universo.